| Clasificación y comentarios |
- Yugoslavia. Rock me (Muéveme) interpretada por el grupo Riva, encabezado por la solista Emillija Kokic, ganó una preselección nacional de 16 canciones y luego el eurofestival con 137 puntos. Se trata de un tema festivalero que habla de la necesidad de la cantante por escuchar una canción movida que le haga bailar, frente a la belleza de la música clásica, mucho más propia para ser escuchada sin moverse.
- Reino Unido. La final nacional tuvo ocho canciones en liza resultando elegido el grupo Live Report (Ray Caruana, Brian Hogdson, John Beeby, Peter May, Mike Bell y Maggie Jay) con el tema Why do I always get it wrong (¿Por qué todo me sale siempre mal?), una balada british sobre el fracaso amoroso, con un cierto aire de pieza central de banda sonora. 130 puntos con los que la BBC conseguía el 2º puesto por duodécima vez.
- Dinamarca. Birthe Kjær, en su cuarta participación en el Dansk Melodi Grand Prix, llegó al eurofestival con la canción Vi maler byen rød (Vamos a pintar la ciudad de rojo), un tema muy alegre y optimista que invita a abandonar la tristeza y los complejos con buenas dosis de entusiamo y desenfado. Fue compensada con el tercer puesto gracias a los 111 puntos recibidos. Grabó versión en inglés (I’m chasing butterflies).
- Suecia. Tommy Nilsson presentó En dag (Un día), una balada con estribillo melodioso y pegadizo que describe el sueño de alcanzar la felicidad con la persona amada. Acumuló 110 puntos y quedó en el cuarto puesto. Grabó la canción en inglés (Someday).
- Austria. Thomas Forstner, con 19 añitos y enfundado en un traje de color lila, interpretó Nur ein Lied (Sólo una canción), una sencilla balada portadora de deseos de un mundo mejor. Cosechó 97 puntos y el 5º puesto. Grabó versión en inglés (Song of love).
- España. Nina cantó el tema de Juan Carlos Calderón Nacida para amar, una balada de corte sentimental con Nina describiendo una noche romántica con su amado. Le da las gracias por esa noche especial que pasaron «cuerpo a cuerpo» y dice que se siente muy agradecida por su relación. Quedó en sexto lugar con 88 puntos.
- Finlandia. Anneli Saaristo participó en la final nacional cantando dos temas, ganando con uno y quedando tercera con el otro. La dolce vita (La buena vida) tiene un marcado ritmo de rumba española con título italiano que recuerda la feliz despreocupación de la infancia. Alcanzó los 76 puntos, que la dejaron en 7º lugar.
- Francia. Nathalie Pâque, de 11 años y origen belga, llevó la canción J’ai volé la vie (Yo robé la vida), una balada de corte clásico que habla del impulso personal para aprender a vivir. Recibió 60 puntos para terminar 8ª. Entre los siete países que no la votaron estuvo su país natal, Bélgica.
- Italia. Anna Oxa y Fausto Leali ganaron el Festival de Sanremo, aunque con la canción Ti lascerò. Avrei voluto (Habría querido) es una clásica balada italiana que describe con desgarro el fracaso del amor y que encuentra en la alternancia vocal de las dos voces un excelente mecanismo dramático para realzar la intensidad de los sentimientos descritos. Sumaron 56 puntos (9ª posición).
- Grecia. Mariana Efstratiou se llevó una final nacional en la que quedó 2ª Mando, 3ª Anna Vissi y 6º Michalis Rakintzis. To diko sou asteri (Tu propia estrella) es una llamada a la fe en uno mismo y en sus posibilidades de salir adelante, una dulce balada de corte sencillo que se podría identificar con una nana para susurrar al oído. Con 56 puntos ocupó la novena posición. Grabó la versión en inglés titulada Your star (A star that shines on you).
- Chipre. Fanny Polymeri y Yannis Savidakis ofrecieron casi una escena de boda con sus trajes nupciales y sus chicos del coro vestidos de gala. Apopse as vrethoume (Quedemos esta noche) refiere el deseo de unos enamorados de disfrutar la noche, una variante del tópico del carpe diem. Con 51 puntos obtuvieron la 11ª posición. Grabaron versión en inglés (Tonight will last forever).
- Israel. El día en que el niño Gili Netanel cumplía doce años, él y la cantante Galit Burg-Michael interpretaron Derech ha-melech (Camino del Rey), en alusión al camino que el pueblo de Israel tuvo que cruzar cuando salió de la esclavitud en Egipto y entró en la Tierra Prometida. Es, en esencia, un canto a la esperanza de Israel, de un futuro mejor para sus niños. Obtuvieron 50 puntos y el puesto 12. El tema fue grabado también en inglés (Shine for tomorrow), cuya letra no tiene que ver nada con la original hebrea.
- Suiza. El grupo Furbaz, en su tercer intento (terceros en 1987 y segundos en 1988), llegan al eurofestival con la canción Viver senza tei (Vivir sin ti). La canción es una balada de amor, en la que la vocalista del grupo, Marie Louise Werth (que canta y toca el piano), le dice a su enamorado que son los únicos en el mundo, que moriría sin él y que con él la vida se ve hermosa. Acabó 13ª con 47 puntos.
- Alemania. Apostó por Nino de Angelo, de origen italiano y conocido en buena parte de Europa por su canción La vallé del Eden. Flieger (Aviadores) es una balada que expresa el deseo de volver a un tiempo pasado, cuando él y su amada estaban juntos – un período que él compara con volar. Quedó 14º con 46 puntos. Grabó la canción en inglés (If there’s one thing that’s forever).
- Holanda. Justine Pelmelay, de origen indonesio, cantó Blijf zoals je bent (Sigue siendo así), una balada de amor en la que expresa cuánto significa su amado para ella y le pide que no cambie, que siga siendo como es. Quedó 15ª con 45 puntos. Grabó la canción en inglés (Stay the way you are) y en malayo (Hanya engkau saja).
- Portugal. Turno para el grupo Da Vinci con la canción Conquistador, un ritmo pop alejado de los aires tradicionales, es un canto al pasado esplendoroso del país que repasa las tierras conquistadas de allende los mares donde llegó la cultura portuguesa. 39 puntos les dejaron en 16º lugar. La canción fue versionada al inglés (Love conquistador).
- Noruega. La joven de 18 años Britt Synnøve Johansen pisó el escenario con Venners nærhet (La cercanía de los amigos), una dulce balada sobre la amistad. Fue una interpretación sencilla y sin estridencias, en la que destaca el gesto de uno de los coristas, cuando se acerca a Britt y le da una rosa como símbolo de la amistad cantada. Acabó con 30 puntos, 17ª.
- Irlanda. Kiev Connolly estuvo apoyado por su banda, The Missing Passengers (un quinteto). The real me (Mi verdadero yo) es una canción a medio camino entre la balada y el ritmo pop que cuenta una ruptura inevitable por más que él se afana en pedirle a ella que descubra su verdadero yo (y pese al beso del final entre los dos vocalistas). Terminaron 18º con 21 puntos.
- Bélgica. La joven Ingeborg, tras una final nacional de 12 canciones, interpretó Door de wind (A través del viento), una balada de amor que nos dice que a través del viento, de la lluvia, de la tempestad… aunque todo esté en mi contra, gracias a ti nunca estoy sola. Cosechó 13 puntos y la 19ª posición. Grabó el tema en inglés (Breakaway).
- Luxemburgo. Con la excepción del 4º puesto obtenido por Lara Fabian en 1988, la TV de Luxemburgo dirá adiós a Eurovisión en 1993 tras una racha de resultados mediocres o pésimos: 13º en 1990, 14º en 1991, 20º en 1989 y 1993 y 21º en 1987 y 1992. El grupo Park Café cantó Monsieur (Señor), un arriesgado tema de mucha mejor factura instrumental que vocal, que habla de un señor que se cree una estrella de Hollywood y vive en un mundo imaginario como el de los dibujos animados. 8 puntos les dejaron en la antepenúltima posición. Grabaron versión del tema en inglés (Living in Tooneland).
- Turquía. Con dieciséis canciones en la final nacional, la victoria fue para el Grupo Pan (Hazal Selçuk, Sarper Semiz, Vedat Sakman y Arzu Ece) con Bana bana (A mí, a mí), un tema muy rítmico que requiere de un gran virtuosismo vocal cuya letra es un grito por la libertad de la mujer. Un total de 5 puntos dejó a los turcos en el 21º y penúltimo puesto.
- Islandia. Daníel Ágúst Haraldsson ganó una final nacional en la que quedó en segundo lugar el futuro eurovisivo Eyjólfur Kristjánsson (del dúo de 1991). Það sem enginn sér (Lo que nadie ve) es una canción cargada de misterio, buenos deseos y reflexiones más o menos filosóficas; habla de amor, pero un amor que es una intención, un deseo de esencialidad más allá de las apariencias y de las dificultades, en un diálogo con la luna vieja y lujuriosa. La extraña melodía islandesa se quedó sin puntos.
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